Es un tipo de mantenimiento que no se dedica a corregir o prevenir posibles fallos, sino a hacer evolucionar los recursos informáticos con los que se cuenta. Como bien sabrás, apreciado lector, la tecnología no para de evolucionar en todo momento, y eso ocasiona que las herramientas disponibles y las necesidades de los usuarios también cambien constantemente. Con el mantenimiento evolutivo lo que se pretende es conseguir que los sistemas informáticos no se queden obsoletos, sino que se mantengan actualizados y ofreciendo a sus usuarios las mejores opciones que la tecnología permita, en función de las posibilidades de cada empresa y organización. Este tipo de mantenimiento incluirá desde labores de actualización de software hasta la sustitución completa de equipos o sistemas, dependiendo de las necesidades que aparezcan en cada momento.